Lo siguiente es una historia que un día me contó Arco "Iris", tal como la recuerdo:
Hace eones cuando la magia aun existía, las vacas no usaban pijamas y sobre Gaia solo pangea veía el sol. Vio este mismo sol el vástago de una hipopótama madre soltera. Hijo concebido en una noche sin luna pero iluminada por las luces boreales, éste hipopótamito tenia algo especial, adquirió del momento de su concepción el último color de las luces del polo y nació rosadito.
Todo iba bien para el hipopótamo rosadito hasta el primer día de escuela, cuando los demás hijos del bosque (nota: sí vivía en un bosque), lo vieron se burlaron de él, y todos lo molestaban por ser un hipopótamo rosadito. Así fueron pasando los años, sin amigos, solo la madre sentía alegría por que su hijo era rosadito, pero nadie comprendía su tristeza.
Abocado a la soledad el hipopótamo rosadito aprendió a escribir y recitar poemas, y encontró un lugar cerca al lago del bosque, apartado y tranquilo, donde podía dedicarse a sus pensamientos sin ser molestado por nadie; un día de tantos que paso allí, lo escucho una abejita que se quedo cautivada por la profundidad y emotividad de los poemas del hipopótamo rosadito, y cada día venia al lugar cerca al lago del bosque a oírlo y con el tiempo se hicieron amigos.
Durante los días, semanas y meses sucesivos el hipopótamo rosadito solo esperaba la hora en que terminaba el colegio para ir corriendo al lugar cerca al lago del bosque a ver a su amiga la abejita y declamarle los últimos poemas que había compuesto, y para hablar y para jugar. Mas transcurrió el tiempo y paso lo inevitable el hipopótamo rosadito sintió como el cariño que sentía por la abejita se convertía en algo más especial, y el amor como las luces de la aurora boreal iluminaron su rostro.
Un día el hipopótamo rosadito se detuvo en mitad de su camino hacia el lugar cerca al lago del bosque. Sus ojos destellaban ilusión como si un sueño se hiciera realidad, tal sensación fue provocada por lo único que creía había valido la pena en el colegio. Esa mañana se había enterado que en el bosque habitaba un hada. Cuando se detuvo empezó a llamar al hada del bosque: "hada del bosque, hada del bosque", así, así decía (nota: recordar que en esa época aun existía la magia). Entonces una luz brillante apareció de entre los arboles.
-"Hada del bosque quiero pedirte un deseo". - "Joder! hoy fue el día de los deseos" dijo para si el hada. -"dime hipopótamo rosadito" así le dijo el hada al hipopótamo rosadito (nota: si se llama pancho pero todos le decían hipopótamo rosadito). El hipopótamo rosadito dijo: - "mi deseo es que me conviertas en un abejo" (nota: dicese del macho de la abeja). -"QUEEE!!!", exclamo la hada del bosque, -"pero estas loco?, como un animal tan grade grande de varias toneladas quiere convertirse en uno de algunos pocos gramos?", el hipopótamo rosadito dijo: - "puedes hacerlo? es mi deseo!".
El hada muy seria le dijo: -"claro que puedo!, pero lo único que te advierto es que no hay vuelta atrás, una vez convertido de abejo ya lo serás para siempre", - "Si eso es lo que quiero" dijo el hipopótamo rosadito. El hada cerró los ojos ajito su varita y dijo: -"Wingardium Leviosa" aii no eso es de Harry Potter dijo:- "guachu guacho ... convertir este hipo en abejito" y plop el gran hipopótamito rosadito era ahora un abejo rosadito que volaba alegre y rápidamente para encontrarse con su amor.
En tanto la hada se quedaba viendo alejarse al abejo rosadito, mientras reflexionaba lo ocurrido y dijo para si misma: -"Como están de raros los animales!!!. este que lo convirtiera de hipopótamo rosadito a abejo rosadito y hace un rato una abeja que la convirtiera en hipopótama."
Fin.
pobre hipopótamo como siempre la vida te muestra el error fundamental, con sentimientos no se piensa con claridad.
ResponderEliminarMe suena la historia........
ResponderEliminarNo..., que falta de comunicación. Bueno, a veces suele pasar.
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